lunes, 25 de febrero de 2008

La France est très cool!

Francia ya no es ese lugar del que solamente salen canciones clásicas de Edith Piaf, Charles Aznavour o Jacques Breil. No quiere decir nada que sea la patria de aburridos tales como Alizée o gran cantidad de cantantes de rap que suenan a lo mismo, ni que la première femme de la France (Carla Bruni a efectos prácticos) tome tan bello idioma para elucubrar que quelqu'un l'a dit tu l'aimes encore.

A la France aún le queda algo del alma de la revolución de 1789 en esa Casa de Pelota y aún puede generar en su seno cosas que puedan enamorar al resto del mundo. ¡Se acabó la música francesa aburrida! Les Teenagers sont arrivés.

Resulta absurdo que en un país beligerante para con la cultura anglosajona surja un grupo de esta índole: con nombre inglés, con letras en la lengua de Shakespeare pero lo que no se quitan de encima es el charme française que tienen las cosas puramente francesas (véanse Cocó Chanel, las calles de Paris, el champán, Truffaut o la mismísma Brigitte Bardot).

Englobados bajo esa corriente de música que aporta novedad y frescura al mundillo de la música experimental -el new rave-, se encuentran los Teenagers. A mí las clasificaciones no me importan demasiado, porque hoy en día todo es muy new rave, todo es clasificable bajo el dichoso y archinombrado new rave. Y yo no sé qué es eso. Pero los colorines fosforescentes no me agradan, por eso, ¡fuera etiquetas! y digo simplemente: "Me gustan los Teenagers".

Porque cuando algo me gusta, me gusta y c'est fini. The Teenagers son frescos, sutiles, nuevos, suenan a sintetizador de vez en cuando, la batería es relajada, las voces son muy soft y me provocan bienestar. Sus letras son desenfadas y podrían contener el Parental Advisory porque dicen cunt -¿habéis visto Atonement?-, en definitiva un rollo muy cool pero muy trash a la vez: contraposición.

The Teenagers, un nombre absolutamente absurdo. Sin esencia, infantil y burdo, muy teen. Pero me gusta eso. Son espontáneos. Simplemente, consiste en escuchar Homecoming y Starlett Johanson: el enamoramiento surgirá veloz y tendréis que conseguir Reality Check (su primer álbum). Entonces no podréis dejar de reproducir sus très charmant chansons.

Allez les français !

The Teenagers, Homecoming: http://www.youtube.com/watch?v=ngHDYzhDBk4

The Teenagers, Starlett Johanson: http://www.youtube.com/v/JshkoBVFy3Y

sábado, 23 de febrero de 2008

Porque hay traducciones y traducciones.

En estos momentos, estoy sufriendo todo tipo de espasmos. Ayer, pasé por delante de la Fnac de Sevilla y un panel cubierto de la séptima entrega de la saga Harry Potter me llamaba a gritos, así que entré y lo compré y empecé a devorarlo.

Pero ya no tengo quince años y además estudio traducción y hay errores que se muestran tan descaradamente que me duelen a mí, que soy una amateur aún. Solo he leído hasta el momento 200 páginas, pero entre elecciones de verbos de lo más estrambótico, frases de difícil entendimiento, expresiones absurdas, juegos de palabras traducidos con muy poca inspiración -por no decir otra cosa-, así como multitud de errores ortotipográfico, están desvirtuando mi lectura.

Una y mil veces maldeciré las traducciones -tanto de películas como de libros como de lo que sea-, pero aún más, a los traductores malos. Si bien es cierto, como comentaba con cierta amiga, que los buenos traductores no se dedican a traducir ejemplares firmados por Marian Keyes o J.K.Rowling -por muy amante de Harry Potter que sea y me duela decirlo-; los buenos traductores se emplean en traducir a Walter Scott o a Lewis Carroll.


No todo lo japonés es manga

De nuevo, nos topamos con los tópicos y estereotipos con los que la sociedad nos condiciona. A la mínima mención del nombre de un dibujante japonés nos viene a la cabeza la palabra manga, interrelacionada como los tipiquísimos Bola de Dragón, Sakura, la cazadora de cartas o la pastelosísima La familia crece que tanta difusión han tenido en nuestro bienamado país -hablando en términos de gente de la calle, claro, ya que los otakus son otro mundo.


Pero hemos de tener en cuenta que no todo lo que sale de las tierras niponas en cuanto a arte con lápiz se refiere puede englobarse dentro de esta simple categoría. Kazu Kibuishi (1978), japonés de nacimiento pero nacionalizado como americano, confirma la excepción a la regla de que un nombre japonés no tiene por qué ser sinónimo de manga.


Tras haber desempeñado labores de animador gráfico para Shaded Box, decidió abandonarlo ya que no le permitía evolucinar en calidad de creador, y lo que él quería era además de dibujar, escribir. Fue entonces cuando este dibujante nipón comenzó el webcomic mensual Copper, que cuelga en su web Boltcity. Una joya de culto, sin lugar a dudas, de la cual recomiendo encarecidamente su lectura.


Copper # 32 - Slowrider - January 2006

Pero en mi modesta opínión, su gran trabajo es la antología de novelas gráficas titulada Flight creada junto al también dibujante Kean Soo -entre otros-, que recoge bellísimas ilustraciones de mundos fantásticos, claramente influenciado por el dibujo animado así como por la ilustración francesa. La idea de la creación de este trabajo surgió en la Alternative Press Expo con el fin de mostrar y difundir los mejores trabajos del propio Kibuishi así como los de sus colegas. Hasta el momento, hay cuatro volúmenes publicados.


Flight # 1

Flight # 2

Flight # 3


Flight # 4


Asimismo, se acaba de publicar el primer volumen de Flight Explorer, la adaptación de Flight para los más pequeños, a la creación de la cual han contribuido numerosos artistas también implicados en el proyecto conjunto de Flight. Este último lanzamiento integra historias de los distintos autores con el fin de ampliar el campo de audiencia a un público más joven.

Flight Explorer # 1

Del mismo modo, otro de los últimos proyectos de Kazu Kibuishi es Amulet, por el cual está apostando la cara editorial estadounidense Scholastic -responsable de la edición de la saga del mago Harry Potter-. Amulet también se halla dirigido a un público más joven que los otros trabajos en los que Kibuishi se ha visto envuelto. El primer volumen ha recibido una gran acogido por el público en EEUU, que ha aclamado al autor. Hasta el momento, solo se ha salido a la luz un volumen, que lleva por título The Stonekeeper, pero se espera segunda parte.


Amulet # 1 - The Stonekeeper

Por ello insisto, antes de asociar y ceñirnos a estereotipos, hemos de buscar la verdadera esencia de las cosas. Kazu Kibuishi, dibujante nipón con mano artística americana. Aquí no hay ojos grandes y narices efímeras.






Señoras y señores, buenas tardes.

miércoles, 20 de febrero de 2008

Tuija Hassinen

Es inglesa. Es polifacética -pues eso la verdad que no lo sé-. Simplemente sé que de chiripa, un día alguien me comentó en uno de mis fotologs muertos que mis fotografías se daban un aire a las suyas -cosa que ni por asomo es cierta-, pero bueno. Aún así, las fotografías de esta inglesa tiene un aire naïf, como de tristeza, ese romanticismo burdo y realista que tanto me gusta, capaz de expresar cosas dulces de modo sucio y soez, pero con encanto.

Suele retratarse en su cuarto. Pequeño y asfixiante y tumultuoso, repleto de pequeños chismes que somos como pedazos de vida.

He aquí una muestra:

Es distinta -en mi humilde opinión. Es auténtica. Y firmemente creo que tiene un algo que me gusta. Supongo que será su cuarto, que refleja un miniuniverso repleto de caoticidad. Será que veo alguna similitud entre su cuarto y el mío.


Para más información: http://www.knifecrime.org/



Señores, muy buenas noches.

C'est toujours la même chose...

A veces podemos creer que el tedio nos invade. El mundo está saturado hasta el hastío de intelectualidad y burdas copias y plagios. Por eso, cuando alguien es rompedor salta de ojo y llama la atención y todo el mundo tiene que ver con él. Es eso que se suele comentar de visionarios (véase el caso de la archifamosa, así como archiexplotada figura de DaVinci o la de Jules Verne) y cosas de ese estilo que tan plagadas de mitos, leyendas, sapos y culebras están.
Sin embargo, si somos francos, todas esas creencias no son más que una sarta de paparruchas que inventa la gente, como otra de tantas.
Por eso yo no creo en visiones o genios o cosas así. Creo en mí y en que hay cosas que me gustan y cosas que me disgustan, cosas que me apasionan y cosas que me hunden en el más profundo aburrimiento.
Y para eso intentaré emplear este chisme, para plasmar aquí esas cosas que hacen despertarme del sopor que invade el mundo contemporáneo y ver que aún podemos ser especímenes raros.

Señores y señoras, comienza el show.