sábado, 23 de febrero de 2008

Porque hay traducciones y traducciones.

En estos momentos, estoy sufriendo todo tipo de espasmos. Ayer, pasé por delante de la Fnac de Sevilla y un panel cubierto de la séptima entrega de la saga Harry Potter me llamaba a gritos, así que entré y lo compré y empecé a devorarlo.

Pero ya no tengo quince años y además estudio traducción y hay errores que se muestran tan descaradamente que me duelen a mí, que soy una amateur aún. Solo he leído hasta el momento 200 páginas, pero entre elecciones de verbos de lo más estrambótico, frases de difícil entendimiento, expresiones absurdas, juegos de palabras traducidos con muy poca inspiración -por no decir otra cosa-, así como multitud de errores ortotipográfico, están desvirtuando mi lectura.

Una y mil veces maldeciré las traducciones -tanto de películas como de libros como de lo que sea-, pero aún más, a los traductores malos. Si bien es cierto, como comentaba con cierta amiga, que los buenos traductores no se dedican a traducir ejemplares firmados por Marian Keyes o J.K.Rowling -por muy amante de Harry Potter que sea y me duela decirlo-; los buenos traductores se emplean en traducir a Walter Scott o a Lewis Carroll.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

lo que yo no me explico es que te puedas leer tantas páginas de seguido si la traducción es mala..
además, todos acabaremos por adaptar las estructuras del inglés a nuestra lengua.. no lo sabías?

jajaja
te quiero pequeña!

Merseidis

Ophelia dijo...

no puedo con lewis carrol, ademas de pederasta, sigo con mi teoria de que él era jack el destripador (que no me la he sacado de la manga, eh? la leí...)

y con la traduccion de harry potter... como me lo lei destrangis via internet... como que no le presté la atencion suficiente (version pirata, cutre que me hizo dejarme las retinas en la pantalla...) y como mala traductora no puedo despotricar sobre la traduccion oficial...
un beso!